El martes pusimos rumbo a nuestro primer destino: Canfranc Estación. Nos habían dicho que era muy bonita, y además tiene toda una historia detrás.
Canfranc Estación llegó a convertirse en un punto estratégico en la Segunda Guerra Mundial. Por ella pasaron espías de la Resistencia francesa, gente que huía, y toneladas de oro y otros materiales.
No pudimos entrar en ella, porque íbamos con Zape, pero sí pudimos pasear por las antiguas vías de tren, y ver vagones antiguos. Pudimos ver y en definitiva, sentir, lo que fue.
Canfranc Estación está rodeada de montañas, y de un pueblo precioso, que dan ganas de quedarse unos días para contemplar toda su belleza.
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