Soltar, respirar, inhalar aire puro. Evadirme y descubrir que de repente, la primavera se derrumbó en verano.
Escribir en un banco en el parque, en el castillo. Escribir bajo la sombra de los árboles. Con fresco y sol. Con agua. Con el olor a naturaleza, a pinos, a robles. Sentada en el banco, en ese banco, o sobre la hierba. Dejar que las letras llenen las hojas, con palabras que contarán una historia.
Pensar en los lugares que compartí, en los secretos que guardé, y recordando que las noches que se alargan pueden acabar en besos. Con ganas. Y sentir que estoy en el lugar correcto.
La inspiración a veces se esconde bajo un banco o sobre un puente, hay que salir a buscarla y no dejarla escapar :)
ResponderEliminar