Hace unos días buscando en el disco duro externo, di con unas fotos que, tras hacerlas hace un tiempo, las deseché. No sé por qué no me convencieron en su día, quizá por los ánimos, quizá porque no era el momento, la cuestión es que nada más verlas, me encantaron y aquí están.
Me encanta la sencillez de cada una de ellas, la delicadeza, y el blanco y negro creo que potencian aún más su belleza.
Todos somos como espigas mecidas por el viento. Parecemos débiles, pero somos más fuertes de lo que creemos.
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