El otro día me decidí a fotografiar un "splash".
Lo había visto en montones de sitios, había leído mucho sobre él, pero nunca lo
hacía, hasta que al final mis musas despertaron del letargo y me dijeron que ya
era hora de intentar hacer cosas chulas. Y claro, una, tiene que hacerle caso a
sus musas.
Después de varios intentos, de mancharme las manos con tinta
negra (la cartulina negra mojada destiñe), de poner la mesa llena de agua, de
tener a la mejor ayudante posible (hay que ver la santa paciencia que tiene mi
madre), y sobretodo de las risas que fueron muchas, tuve una foto que no era lo
que esperaba, porque yo iba buscando un splash normal, en taza, vaso o jarrón,
y cuando tuve esta imagen delante de mis ojos, aluciné.
No se ve todo nítido, pero la gota gorda que parece que
quiera escaparse del jarrón por la esquina derecha, la veo totalmente
congelada. Al igual que esas gotitas pequeñas.
El objeto que tiré al agua fue un limón y del peso que tenía
bajaba rápidamente y no lo pude captar. Pero he descubierto que me encanta el
splash y lo seguiré intentando. Eso sí, sin cartulinas que destiñan.
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