La monstera, la palmera y el ficus están tremendos. La primera me la regaló mi madre y ese día pensé..."tiene demasiada fe en mí". El año pasado se me murió la primera que tuve, pero era porque con la aerotermia, y al tenerlas pegadas al suelo, cuando la regaba, no se absorbía el agua, y se acababan pudriendo las raíces. Así que éste año las he puesto en alto, y gracias a los cuidados que les presto, no me han abandonado (a diferencia del perejil y el orégano, que me dijeron "hasta luego"). Han confiado en mí para que las cuide.
Esta semana tengo ganas de comerme una hamburguesa casera, cómo las que hacía mi abuela hace años. Con pan de hamburguesa del bueno, hamburguesa hecha en casa, huevo, queso, bacon, lechuga y tomate (no soy del club de la cebolla medio cruda). Puede que el sábado me dé un homenaje...porque yo lo valgo.
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