Cruzando el puente

Hoy necesitaba vomitar todo lo que he llevado tiempo guardando, todo lo que hizo mella en mí. En 2020 cerré una gran etapa en mi vida, la de ennoviada. Pero nadie me avisó que en 2021 comenzaría otra, llámese "pillada", o lo que sea. Pero me pillé del todo. 

Fui una tonta como lo había sido allá por 2006. O quizá sentir no es de ser tontos, es de ser humanos. Pero sentí y mucho. Tanto que en 2022 dije una mentira piadosa. ¿Quién no ha dicho una en su vida? Lo hice por llamar la atención de esa persona que me gustaba. Había subido al cielo en 2021, pero en abril de 2022 bajé a los infiernos. Fueron semanas duras, complicadas. En las que necesité el apoyo de los demás, pero sobretodo necesité cuando fui consciente...estar sola, conmigo misma, y pensar. 

2022 no fue un gran año en muchos aspectos. Me hubiera gustado tener el apoyo de esa persona, pero no lo tuve. Y en enero de 2023, toqué el fondo, llegué a lo más hondo. Mi familia y mis amigos estaban ahí, pero nadie podía abrirme los ojos. Tenía mi plaza fija, mi piso, pero era incapaz de ver la realidad. Así que hice algo que pensé que jamás haría, busqué una psicóloga, terapeuta, coach. Y no fui a contarle mis "movidas", fui a abrirle mi alma, fui a buscar la luz que me faltaba, a abrir los ojos del todo, a darme cuenta de las cosas, a encontrar la Cris que dejé oculta durante muchos años. Aquella que era todo alegría, risas, aquella que se comía el mundo.

Fue mi coach la que me aconsejó escribir cartas a aquellas personas con las que tenía algo pendiente, y se las mandara o no (eso lo dejaba a mi elección, dependiendo de si me hacía más daño hacerlo). Fui escribiendo, escupiendo las palabras, plasmándolas en papel y las mandé. A esa persona le escribí otra de despedida, una carta que me guardé y cuando he superado todo, la he roto. 

He tendido manos, he cruzado puentes, he abierto mi alma y mi corazón. He ignorado consejos durante mucho tiempo, incluso años. He intentando hacer todo lo imposible por recibir algo más que unas migajas, porque creía que esas migajas, al final se convertirían en algo. He esperado, he aguantado.....hasta aquí.

Podría contar más cosas, podría escribir todo lo que he vivido y sentido, todas mis sensaciones y emociones, pero hoy contemplando el cielo, me he sentido totalmente relajada, tranquila, olvidando los malos momentos. 

En 2020 cerré una etapa, y hoy cierro otra, porque mi cabeza y corazón van de la mano, dispuestos a volver a sentir.